Sensibilizado con la situación de hambre y miseria que vive el pueblo iraquí y en desacuerdo con la política de G.Bush, decidió enrolarse en un grupo de activistas antioccidentales. Viajó a Afganistán, donde soldados estadounidenses le secuestraron, alegando que era miembro de Al Qaeda y acusándolo de provocar la muerte de un soldado americano.
Lo capturaron cuando apenas tenía 16 años, lo escondieron y torturaron durante tres días y tres noches en la base naval de Bagram, en Afganistán y luego lo trasladaron en un vuelo secreto a la base que EEUU mantiene en la bahía de Guantánamo, en Cuba, donde permanece preso e incomunicado durante estos seis años.
A Omar se le consideraba muerto. Durante todo este tiempo él no ha asistido a la escuela, no ha jugado con sus amigos ni tampoco ha tenido contacto con su familia. Todo lo contrario, él ha estado encerrado en una cárcel de máxima seguridad, soportando torturas y humillaciones.
Omar no acapara la atención de las noticias. A Omar se le daba por muerto, su caso no ha despertado el interés de los medios de comunicación, tampoco de los Estados ni de las organizaciones pues todos temen la ira del gobierno más poderoso del mundo.
Omar no tiene esperanzas de que su situación vaya a terminar algún día. La administración Bush decidió que fuera él el elegido y le acusó de asesinato y pertenencia a banda terrorista, sin pruebas, sin juicio,….todo porque no aceptó ser el espía "americano" de Al Qaeda en Afganistán.
Algún día Omar aparecerá en algún lugar, olvidado, sin honores de ningún tipo, sin sueños,… sin vida. ¿Habrán conseguido cambiar su voluntad? ¿colaborará esta vez con el gobierno que le ha arrebatado su adolescencia ahora con el nuevo Presidente Obama? ¿interferirá para que cesen las hostilidades y las matanzas que el pueblo árabe se cobra en represalia por los continuos ataques que vienen sufriendo? Esa será su misión, anunciar a Al Qaeda su destrucción y castigo a causa de la mala vida e inicuo proceder de su organización salvo que se produzca un cambio con su enemigo y un cambio en la mentalidad entre sus dirigentes.
Y esta es mi actualización del mito de Jonás.
Xavi Doménech