
En la Teogonía (226-232) Hesíodo habla menos amablemente de Discordia, hija de la Noche, al engendrar otras personificaciones:
La leyenda más famosa protagonizada por Eris cuenta cómo inició la Guerra de Troya. Tanto los dioses y diosas como diversos mortales fueron invitados a la boda de Peleo y Thetis (que luego serían padres de Aquiles). Sólo la diosa Eris no fue invitada debido a su naturaleza problemática. Así que Eris apareció en la fiesta con la Manzana de la Discordia, una manzana dorada con la palabra kallisti («para la más hermosa» o «para la más guapa») inscrita, que arrojó entre las diosas provocando que Afrodita, Hera y Atenea la reclamasen para sí, iniciándose una riña. Zeus, para no tener que elegir entre las diosas, puesto que una era su esposa y otra su hija, encargó ser juez a Paris. Entonces Hermes le transmitió al desventurado Paris, príncipe de Troya, que tendría que elegir a la más hermosa. Siendo como era la moralidad mitológica griega, cada una de las tres diosas intentó sobornarle para que la eligiera: Hera le ofreció poder político, Atenea le prometió destreza militar y Afrodita le tentó con la mujer más hermosa de la tierra, Helena, esposa de Menelao de Esparta. Siendo Paris un joven apasionado, y aunque no se sabe cuánto tiempo meditó sobre la cuestión, terminó por conceder la manzana a Afrodita, raptando luego a Helena y provocando así la Guerra de Troya.
En Las dionisíacas (2.356), Nono de Panópolis cuenta que cuando Tifón se prepara para luchar con Zeus:
Eris era la escolta de Tifón en el enfrentamiento, Niké llevó a Zeus a la batalla.
REFERENTES:





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