martes, mayo 14, 2013

El amor verdadero nunca muere.


Érase una vez un príncipe llamado René, habitante de la conocida ciudad griega Illici, fue a luchar a la isla Kupiscius contra el gran monstruo Troyinus lo cual le llevo 10 años en destruirlo y otros 10 años le llevó  su vuelta a casa, a Illici. Durante todo este tiempo pasó por una serie de peripecias obstáculos y pruebas. Mientras tanto, su amada princesa Tiana esperaba su regreso con gran preocupación y nostalgia. 14 años después de que René emprendiera el viaje su amigo, Jiva, fue en busca de la princesa para comunicarle la terrible noticia de la muerte de su amigo, ella no se creía el tan horrible suceso y cada noche Tiana lloraba en su aposento añorando la presencia de su amado. Tras varios meses de reflexión Tiana pensó que debía casarse con un hombre que se encargara de gobernar la ciudad de Illici cuando su padre muriera, a pesar de que ningún hombre conseguiría enamorarla como había hecho René. Durante 3 años iban a su palacio apuestos príncipes de otros reinos para conquistarla, pero Tiana no estaba segura de tomar una decisión y tras la insistencia de los jóvenes prometió que les comunicaría su decisión cuando terminara de tejer un manto, pero cada noche Tiana se encargaba de descoser el trabajo que había hecho durante el día anterior. Pasaron los años y Tiana continuó cosiendo y descosiendo el manto cada noche ya que tenía la esperanza de que su amado, René, apareciera algún día.El día del 28 cumpleaños de Tiana se celebró una fiesta en el palacio a la que asistieron príncipes de todos los reinos, pero ella, muy entristecida se encerró en su aposento aislada de todo lo que estaba sucediendo fuera, entonces un hombre con ropas sucias y no muy agradable a la vista entró sin pedir permiso, Tiana con una actitud muy grosera intentó echar al hombre de su aposento, pero cuando sus miradas se encontraron ella supo que ese era el hombre del que había estado enamorada toda su vida, René.Tiana nunca supo durante esos 20 años, si René seguía vivo, pero lo que sí que tenía muy claro es que su amor nunca moriría.