Esta historia
remonta años atrás, aunque el amor vivido siempre permanecerá en
sus sufridos corazones. El verano se acercaba, los veranos vividos en
la urbanización eran siempre mágicos gracias a la compañía. Lo
más bonito de esa urbanización es que aunque pasaran los años
todos estaban conectados siempre, siempre tenían esa bonita amistad.
Pero algo le hacia presagiar a Sofia que ese verano no sería como
los demás. Uno de sus grandes pilares, Lola se había mudado porque
sus padres habían dedicido vender el apartamento. Todavía no habían
pasado ni 24 horas del comienzo del verano y Sofía ya notaba la
ausencia de Lola. Echaba de menos sus risas, sus tonterías y sobre
todo sus charlas nocturnas. Pero su grupo era de tres y Nuria sabía
cómo hacer para hacer sentir bien a Sofia, sus trece años juntas
eran una gran ayuda. Daniel cada vez con más frecuencia se unía con
las chicas. Se unía a sus paseos por la playa o a ir con la
bicicleta a la montaña o simplemente a escucharlas y a asentir
porque si decidía opinar siempre salía malparado. Daniel siempre
estaba dispuesto si era fastidiar a Sofía.
Pasado el primer mes
de verano, llegó el cumpleaños de Nuria. En esa noche de verano
todo era como siempre, reinaba la felicidad. Pero para Daniel y Sofia
todo cambió. Lo que todavía no sabían es que esa noche cambiaría
el resto de su vida. Surgió un flechazo que llevaba muchos años
frenado en sus felices corazones. Encontraron la felicidad en los
pequeños rinconcitos escondidos de todos. Nadie debía enterarse de
ese pequeño secreto. Sus familias estaban enemistadas desde hace
mucho tiempo. Sofía nunca había sido plato de buen gusto para toda
la familia de Daniel. Pero estaban convencidos que su amor podría
con todo. El 1 de septiembre era un día
muy especial para ellos y con un motivo todavía mayor querían pasar
su última noche de verano juntos , de su verano. Bajaron a la playa.
Daniel había preparado la cena. Los macarrones que a Sofía tanto
le gustaban. Y de postre una tarta de tres chocolates. Esa que ambos
adoraban. Compartieron la noche más bonita jamás vivida. Corrieron
por la playa, jugaron hasta que no les quedaba aliento y por último
se juraron amor eterno. Lo que no sabían es que ese amor eterno no
sería en vida, esa misma noche se acabaría. Daniel para demostrar
todo la que la quería, se metió hasta el fondo del mar chillando su
amor y con una botella que contenía un mensaje que sólo ellos dos
sabían el significado. Sofía que en ese momento no podía ser más
feliz. De repente se alarmó al ver que Daniel dejó de chillar y su
cuerpo se iba hundiendo entre las olas del mar. El grito desgarrado
de Sofía fue el último aliento de Daniel que intentaba decirle por
última vez que la quería. Sofía no lo pensó dos veces y entró al
mar. Arrastrando el cuerpo de Daniel, teniendo todavía esperanzas de
encontrarlo con vida. Pero no, había tragado demasiada agua y
también había permanecido demasiado tiempo dentro de ella sin
respirar. Sofía sintió que su vida se marchaba junto con la de
Daniel. Pasada la noche, velando el cuerpo de Daniel. Sofía cuando
amaneció se suicidó. Era irónico ella que siempre se había
reido del amor, ella que nunca esperaba encontrarlo en su amigo de la
infancia. Ella muerta en vida, no lo pensó más y decidió quitarse
la vida.
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