martes, mayo 14, 2013

Amor vivido, amor sufrido


Esta historia remonta años atrás, aunque el amor vivido siempre permanecerá en sus sufridos corazones. El verano se acercaba, los veranos vividos en la urbanización eran siempre mágicos gracias a la compañía. Lo más bonito de esa urbanización es que aunque pasaran los años todos estaban conectados siempre, siempre tenían esa bonita amistad. Pero algo le hacia presagiar a Sofia que ese verano no sería como los demás. Uno de sus grandes pilares, Lola se había mudado porque sus padres habían dedicido vender el apartamento. Todavía no habían pasado ni 24 horas del comienzo del verano y Sofía ya notaba la ausencia de Lola. Echaba de menos sus risas, sus tonterías y sobre todo sus charlas nocturnas. Pero su grupo era de tres y Nuria sabía cómo hacer para hacer sentir bien a Sofia, sus trece años juntas eran una gran ayuda. Daniel cada vez con más frecuencia se unía con las chicas. Se unía a sus paseos por la playa o a ir con la bicicleta a la montaña o simplemente a escucharlas y a asentir porque si decidía opinar siempre salía malparado. Daniel siempre estaba dispuesto si era fastidiar a Sofía.
Pasado el primer mes de verano, llegó el cumpleaños de Nuria. En esa noche de verano todo era como siempre, reinaba la felicidad. Pero para Daniel y Sofia todo cambió. Lo que todavía no sabían es que esa noche cambiaría el resto de su vida. Surgió un flechazo que llevaba muchos años frenado en sus felices corazones. Encontraron la felicidad en los pequeños rinconcitos escondidos de todos. Nadie debía enterarse de ese pequeño secreto. Sus familias estaban enemistadas desde hace mucho tiempo. Sofía nunca había sido plato de buen gusto para toda la familia de Daniel. Pero estaban convencidos que su amor podría con todo. El 1 de septiembre era un día muy especial para ellos y con un motivo todavía mayor querían pasar su última noche de verano juntos , de su verano. Bajaron a la playa. Daniel había preparado la cena. Los macarrones que a Sofía tanto le gustaban. Y de postre una tarta de tres chocolates. Esa que ambos adoraban. Compartieron la noche más bonita jamás vivida. Corrieron por la playa, jugaron hasta que no les quedaba aliento y por último se juraron amor eterno. Lo que no sabían es que ese amor eterno no sería en vida, esa misma noche se acabaría. Daniel para demostrar todo la que la quería, se metió hasta el fondo del mar chillando su amor y con una botella que contenía un mensaje que sólo ellos dos sabían el significado. Sofía que en ese momento no podía ser más feliz. De repente se alarmó al ver que Daniel dejó de chillar y su cuerpo se iba hundiendo entre las olas del mar. El grito desgarrado de Sofía fue el último aliento de Daniel que intentaba decirle por última vez que la quería. Sofía no lo pensó dos veces y entró al mar. Arrastrando el cuerpo de Daniel, teniendo todavía esperanzas de encontrarlo con vida. Pero no, había tragado demasiada agua y también había permanecido demasiado tiempo dentro de ella sin respirar. Sofía sintió que su vida se marchaba junto con la de Daniel. Pasada la noche, velando el cuerpo de Daniel. Sofía cuando amaneció se suicidó. Era irónico ella que siempre se había reido del amor, ella que nunca esperaba encontrarlo en su amigo de la infancia. Ella muerta en vida, no lo pensó más y decidió quitarse la vida.







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