martes, mayo 29, 2007

BALTASAR GRACIÁN

Laberintos, retruécanos, emblemas,
helada y laboriosa nadería,
fue para este jesuita la poesía,
reducida por él a estratagemas.
No hubo música en su alma; sólo un vano
herbario de metáforas y argucias
y la veneración de las astucias
y el desdén de lo humano y sobrehumano.
No lo movió la antigua voz de Homero
ni esa, de plata y luna, de Vigilio;
no vio al fatal Edipo en el exilio
ni a Cristo que se muere en un madero.
(....)
¿Qué sucedió cuando el inexorable
sol de Dios, la verdad, mostró su fuego?
Quizá la luz de Dios lo dejó ciego
en mitad de la gloria interminable.
Sé de otra conclusión. Dado a sus temas
minúsculos, Gracián no vio la gloria
y sige resolviendo en la memoria
laberintos, retruécanos y emblemas.
Los referentes clásicos que aparecen en esta poesia son:
EDIPO: rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta, que mató, sin saberlo, a su propio padre y desposó a su madre.
VIRGILIO:Sus primeros años los pasó en su ciudad natal, pero al llegar a la adolescencia se trasladó a Cremona, Milán y Roma para completar su formación. En Roma se introdujo en el círculo de los poetae novi. A esta época pertenecen sus primeras composiciones poéticas recogidas bajo la denominación de Apéndice Virgiliano.
HOMERO: Fue un poéta griego antiguo al que tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales épicas griegas. Como por ejemplo: -LA ILIADA Y LA ODISEA-, - MARGITES -

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