Helado de vainilla...

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Ingredientes básicos (6 personas):120 ml leche entera 50g azúcar 1 huevo 1/4 cucharadita esencia de vainilla 120 ml nata hojas de menta fresca Pasos:Paso 1: Calentar en un cazo la lecha, el azúcar y verter sobre el huevo batido.Paso 2: Devolver la mezcla al cazo y cocinar sobre un fuego lento removiendo todo el tiempo mientras se espese. Paso 3: Añadir la esencia de vainilla, remover y dejar enfriarPaso 4: Batir la nata y añadir a la mezcla.Paso 5: Introducir el recipiente al congelador durante media hora. Sacar y batir. Devolverlo al congelador hasta que esté congelado.Paso 6: Antes de servir, sacar el helado para que se ablande antes de servir...^^Ojala todo fuera tan fácil como hacer helado de vainilla...

Supongamos, por un momento, que mañana un médico oncólogo presagia en sus más cuerdo estado, que nos quedan tres meses de vida...SU-PON-GA-MOS...
Entonces personalmente estoy segura de que todos reaccionaríamos igual….vale, me quedan 90 horas y he de hacer todo aquello que anhelo, suponiendo eso si ,que ya hayas pasado la fase depresivo-maniaca, y pensarás vale…he de llamar a ese amigo/a tan importante con el que hace tanto que no hablo para despedirme sin que se de cuenta y quedar lo mejor posible, debo de hacer el viaje de mi vida con el que siempre he soñado, decirle a mi familia todo lo que no me he atrevido hasta ahora, ya sean rencores, buenos recuerdos, un te quiero que resuene por todo el vecindario .Pegarías una bofetada al chico/a al que por extrañas o no tan extrañas circunstancias le guardas cierta antipatía, y eso si no te irías de aquí sin decirle te quiero a la persona que amas pero a la que no te has atrevido a mirar a los ojos en los últimos tiempos porque te sonrojabas…
Y ahora viene el pensamiento más triste pero a la vez el más realista y esperanzador que he conocido nunca. ¿Por qué no vivimos cada día como si supiéramos que se nos va la vida y hemos de tomar parte en ello? ¿Por qué esperar a llamar a ese amigo que hace tiempo olvidamos y que tan felices nos hacía? ¿Por qué no corrernos una juerga sin miedo a perder la vergüenza? ¿Por qué no le decimos a ese/a chico/a que tanto nos gusta que nos morimos por el/ella? ¿Por qué no decir a nuestra pareja un “te quiero” cuando menos se lo espere? ¿Por qué tenemos que esperar a un oncólogo cabrón que nos haga ver que hoy podemos ser mucho más felices que ayer?Gracias a Dios no estoy enferma, pero lo pensé el otro día, y me lo planteo como un duelo contra la posibilidad de que se cumpla, como una gran prueba de mi vida que debo poner cada mañana. Y aunque sola, seguro que sé salir de él con la mejor de mis sonrisas.